sábado, 8 de abril de 2006

Cómo un cerdo puede alcanzar un pequeño momento de sublimidad

Bigas Luna es un destacado guarrillo de la cinematografía española, pero reconozco que en Son de mar tuvo su acierto. Al final de la película, con Leonor Watling y Jordi Mollá muertos, hay un plano cenital con una voz en off que, acompañada por una música preciosa (Lo sublime empieza donde arranca la canción), dice:

"Si una fuerza prematura se lleva en ti una parte de mi alma, qué hago yo que soy la otra, la menos amada. Un día mismo traerá a ambos la ruina. A donde quiera me precedas, lo dos iremos, caminantes dispuestos a hacer juntos... el viaje sin retorno. Martina, he cruzado todos los océanos de esta tierra para saber que no puedo vivir sin ti".

Y entonces despiertan los muertos, ríen, y se besan. Se acabó... un final fetén.

Por otra parte, ya se está llevando a cabo la película sobre LANCE ARMSTRONG, donde se pide a las personas que cuenten su experiencia. El proyecto lo lleva Sony Pictures, lo produce el propio Armstrong y lo interpretará Matt Damon. Esto huele a propaganda ideológica barata... y así será. Pero bueno, habrá que verla, así veremos en pantalla también al bueno de Jan Ullrich (Mi eterno favorito, como sabéis).

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